¡Saludos, Benidormenses amantes de la risa y el buen humor! El inigualable Francisco Sánchez aquí, listo para contarles sobre la experiencia más desternillante de mi vida. ¡Y créanme, no exagero! Anoche, tuve el privilegio de asistir a la obra de teatro «Humor Entre Líneas», organizada por el genial grupo de teatro ABC y liderada por el maestro del humor, Manuel Palazón. ¡Un evento que nos dejó pidiendo más carcajadas!
El salón de actos del ayuntamiento se convirtió en una meca de la diversión. Las butacas estaban a rebosar, y la emoción se podía cortar con un cuchillo. Pero, ¡oh, la desgracia!, mucha gente se quedó con las ganas de entrar porque el aforo estaba completo.
La obra, mis amigos, fue una joya del humor. ¿Y saben quién es el cerebro detrás de esta maravilla? ¡Nada menos que el ilustre Antón Pávlovich Chéjov! Sí, el mismo que nos regaló esas historias tan sublimes y llenas de ironía. Imaginen el humor de Chéjov llevado al escenario. ¡Una verdadera fiesta para los sentidos!
La función consistió en ocho pequeñas obras, cada una con su propio sabor humorístico. Desde el humor más suave hasta el humor más picante, todos los gustos estaban más que satisfechos. Risas, carcajadas y aplausos retumbaban en el ayuntamiento como si hubiera un terremoto de diversión.
El elenco entregó sus almas al humor, y se notaba que disfrutaban tanto como nosotros, el público. La química en el escenario era más fuerte que el colirio de la risa. Las situaciones cómicas se sucedían sin parar, como una montaña rusa de risas.
Y, amigos, hasta los concejales, las damas de honor y la reina de las fiestas patronales se dejaron llevar por la marea de risas. ¡No hubo distinciones en la diversión! Todos éramos cómplices de la alegría.
En resumen, «Humor Entre Líneas» fue una obra maestra del humor que dejó a Benidorm con ganas de más. Manuel Palazón y su grupo de teatro ABC llevaron al escenario la genialidad de Chéjov y la hicieron reír como nunca.
Así que, Benidorm, mantengan sus ojos y oídos bien abiertos, porque el humor sigue fluyendo en esta ciudad. Hasta la próxima, amigos, y que la risa siga siendo nuestra mejor compañera en esta vida loca. ¡Francisco Sánchez se despide con una gran sonrisa y un fuerte abrazo! ¡Hasta pronto, y sigan riendo!