Atención, amantes del azúcar, la crema y la masa esponjosa: Benidorm ya tiene su nueva meca pastelera y se llama Happy Cakes. ¡Y qué nombre más acertado! Porque entrar en este templo del dulce es una experiencia que te arranca una sonrisa de oreja a oreja.

Detrás de esta locura de sabores y texturas está Ester Barrón Altarejos, una valiente emprendedora que ha decidido plantarle cara a lo industrial y volver a la repostería de toda la vida: la de las abuelas, la de los domingos en familia, la que te deja con los ojos en blanco al primer bocado. ¿Y dónde la encuentras? En plena Avenida de los Limones, número 10, el nuevo punto de peregrinación para los más golosos.

Pero ojo, porque aquí no se trata solo de nostalgia. No, señor. Ester ha llevado la tradición a otro nivel, dándole un toque especial a cada creación. Y cuando digo especial, no hablo de simples dulces bien hechos… hablo de auténticas obras de arte comestibles que están poniendo en jaque a los mejores paladares de Benidorm, la comarca y, si me apuras, del planeta entero.

¿Estamos ante la mejor pastelería del mundo?

Podría parecer exagerado, pero basta con ver la cara de quien prueba sus tartas, croissants o bizcochos para saber que aquí se cuece algo muy, pero que muy grande. Happy Cakes no solo vende pasteles, vende experiencias. Y la buena noticia es que está abierta para todo aquel que quiera ser parte de este dulce fenómeno.

Así que, si todavía no has pasado por Happy Cakes, te lanzo un reto: ve, prueba y dime si no es la mejor decisión que tomaste en la semana. Si después de probarlo no te sientes en el paraíso, me como mi micro en directo. ¡Avisados estáis!

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Por Francisco

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